Entre los dinosaurios que habitaron la tierra hace millones de años, ocupa un lugar de preferencia un animal destacado por su tamaño y su carácter depredador: el género de los Megalosaurus. Nos referimos a ellos como género ya que éste se compone de un conjunto de especies que comparten características. Los Megalosaurus habitaron el planeta en los finales del período jurásico, hace 166 millones de años. Estos dinosaurios son denominados terópodos megasáuridos y a lo largo de los años, las especies que integraban este género se fueron especificando más, a medida que avanzaban los estudios sobre ellos.
Características del Megalosaurus
Su nombre deriva de las palabras griegas “megalos” que significa grande y saurus, lagarto. El nombre fue puesto para definir a estas especies por su gran tamaño ya que podías llegar a medir hasta 9 metros de longitud.
Los Megalosaurus eran animales bípedos con un peso aproximado de una tonelada. Su estructura corporal estaba balanceada del tal forma que podía lanzarse a la carrera sin inconvenientes.
Se lo considera un terópodo ya que en sus patas traseras contaba con 3 dedos en la parte delantera y un cuarto dedo invertido. En los Megalosaurus, este último dedo no se presentaba pequeño y casi atrofiado como era el caso de los Tyrannosaurus.
Los miembros delanteros del Megalosaurus se caracterizaban por ser pequeños y, tav vez, provistos de dedos muy cortos.
Habitat del Megalosaurus
Estos depredadores habitaron en lo que en la actualidad es el continente europeo. Allí se encontraron los principales yacimientos de fósiles de este género.
Aunque algunos tratados hacen referencia a la presencia del Megalosaurus en África, no se han hallado restos que permitan confirmar estas teorías.
Existen estudios tendientes a determinar la presencia de estos “lagartos gigantes” tanto en América como en Asia, pero aún no existen resultados contundentes.
Alimentación del Megalosaurus
Todas las investigaciones relacionadas con los medios de supervivencia del Megalosaurus concluyen que eran depredadores. Contaban con una buena estructura corporal que les permitía perseguir a sus presas.
Se cree que sus principales presas de caza fueron estegosauros y saurópodos, incluyendo especies de mayor envergadura que ellos. Los estudios sugieren que es probable que en su dieta haya incluido la ingesta de carroña de animales muertos.
Los primeros descubrimientos de Megalosaurus
Las especies del género de los Megalosaurus fueron las primeras en ser conocidas en la historia moderna. Claro que, con el tiempo, la clasificación de las distintas especies en los yacimientos de restos fósiles ha ido dejando fuera del género magalosáurido a muchas de ellas.
De los restos hallados de más de 20 especies sólo una continúa siendo reconocida como Megalosaurus, el resto fue reclasificada.
Los primeros restos fósiles fueron encontrados en Cornwell, Inglaterra en el año 1676. En esa oportunidad, fue un hueso del fémur del animal y fue encontrado en una cantera de caliza. Le correspondió al químico y estudioso de la materia, Robert Plot, reconocer la pieza hallada.
Este hallazgo le valió para ser el primer dinosaurio que fue descripto. La pieza encontrada fue publicada por Robert Plot en tu tratado “Historia Natural de Oxfordshire”.
Los desencuentros en la clasificación
Estos animales, al ser los primeros dinosaurios en ser abordados por las ciencias modernas, han sido objeto de un largo recorrido hasta llegar a la clasificación que hoy conocemos. La mayor parte de los fósiles hallados han sido reclasificados en diversas oportunidades, desde la aparición en la cantera de Cornwell.
En la actualidad, sólo 3 especies son consideradas dentro del género de los Megalosaurus: Megalosaurus bucklandii, fue el nombre científico que recibió el primero de ellos. M. phillipsi y M. conybearei, completan el grupo.
En muchos casos, los huesos hallados no permiten una identificación definitiva de la especie y en otros, las especies fueron reasignadas a otros géneros a medida que se desarrollaban mayores especificidades sobre ellas.
Una curiosidad respecto al primer hueso de Megalosaurus encontrado en Cornwell, fue que debido a que trataba de un extremo del fémur y su apariencia se asemejaba a un per de testículos humanos, en 1763, Richard Brooks lo denominó Scrotum humanum y por esos tiempos se desarrolló la teoría – por supuesto, luego desechada – que se trataba de especies de humanos gigantes.
El Megalosaurus fue la primera especie en ocupar un lugar en la literatura universal, a través de la obra de Charles Dickens “Casa Desolada”. Se trataba de una novela que fue publicada en 20 entregas entre marzo de 1852 y septiembre de 1853.
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