El Triceratops es uno de los dinosaurios más conocidos de la historia. Vivió en el período cretácico, hace 68 millones de años. Su nombre, derivado del griego tri-kéras-ops, hace alusión a su rasgo más dominante: tres cuernos en la cara. Medía tres metros de altura y al menos nueve metros de largo. Puede que hayan existido ejemplares con mayor tamaño, pero éstas son las medidas registradas a partir de los restos encontrados en el siglo XIX, en la población de Colorado, Estados Unidos, al norte de América.
Los primeros fósiles de Triceratops fueron estudiados por el científico Othniel Charles Marsh, quien en 1888 definió sus características y lo diferenció tácitamente de la especie conocida como bisonte, con la que se confundió en un principio.
Características del Triceratops
Según lo describió Marsh, el Triceratops era un animal grande y fuerte, su mayor defensa estaba en su cabeza, que podía llegar a pesar hasta 12 toneladas y en la que lucía los tres cuernos, uno corto sobre su boca y otros dos -de un metro de largo aproximadamente- sobre los ojos. También tenía una gola ósea (formación craneal abanicada) que sobresalía de su nuca y su cuerpo, similar al del actual rinoceronte, era soportado por grandes y fornidas patas. Su piel era gruesa y no uniforme.
Hasta la fecha destacan dos especies de Triceratops: T. horridus ( por rugoso) y T. prorsus, ambas clasificadas por Marsh en 1889 y 1890, respectivamente. Sin embargo, existen muchas otras especies o grupos en estudio, entre ellas T. Alticornis (que se confundía con el bisonte), T. Galeus, T. Maximus, y T. Sulcatus.
Autodefensa del triceratops
El Triceratops coexistió en el cretácico superior con el también conocido Tiranosaurio (Tyrannosaurus), del que se dice era su depredador. Sin embargo, estos se equiparaban en tamaño y fuerza, por lo que se acepta la versión de que se enfrentaban, como se representa hoy en imágenes, libros, películas y series de gran popularidad como Parque Jurásico, Caminando con dinosaurios, Los Power Rangers, Barny y sus amigos. No obstante, su roce o relación no se ha comprobado.
En el tiempo se ha especulado mucho sobre la utilización que daban estos dinosaurios ceratópsidos a la gola y sus cuernos. La teoría más sonada dice que le permitían al Triceratops defenderse de sus depredadores, aunque investigaciones más recientes reseñan que eran símbolo de dominación y que se utilizaban para el cortejo sexual.
Otras versiones apuntan a que la gola era el medio de comunicación entre los miembros de su manada, y que lo cuernos eran básicamente puntos de anclaje para los músculos de la mandíbula. Aún se investiga cuál de las teorías es verdadera.
Alimentación del triceratops
Los dinosaurios Triceratops eran eminentemente herbívoros. Se alimentaban de hierbas y por eso permanecían en lugares donde pudieran consumir grandes cantidades al día, las necesarias para mantener su vitalidad. Su boca poseía características similares a las del perico moderno, lo que le permitía arrancar con facilidad las hierbas.
Sumaban entre 400 y 800 dientes, todos chatos y organizados en forma de columnas. Si alguno de ellos se caía volvía a salir como sucede en otras especies animales. Masticaban muy bien sus alimentos y podían alcanzarlo tanto al nivel del suelo (por su cabeza baja), como derribando grandes árboles y comiendo sus ramas. Esto último es una suposición, pues tenían tamaño y fuerza para hacerlo.
El Triceratops era cuadrúpedo y sus patas delanteras y traseras se diferenciaban por la cantidad de dedos, tamaño y fuerza. Las dos patas delanteras tenían cinco dedos y sus codos estaban arqueados hacia afuera, sostenían el mayor peso del cuerpo, representado por la desproporcionada cabeza, la más grande de los animales terrestres conocidos hasta la actualidad. Las patas traseras, por su parte, mostraban cuatro dedos que estaban cubiertos por un casco.
Más rasgos del Triceratops
Los dinosaurios de tres cuernos fueron unos de los últimos en aparecer antes de la extinción masiva del cretácico terciario. Además de las características ya documentadas, se sabe que poseía una larga cola que extendía su esqueleto pero era maleable, la movía con facilidad.
En relación a su cola, estudios recientes han demostrado que no pudo haber sido utilizada para la defensa, debido a su fragilidad. A pesar de ser una continuación de su cráneo se trataba de una capa de piel sustentada por unos pocos huesos y numerosos vasos sanguíneos, es decir, no era lo suficientemente sólida. Algunos paleontólogos le han atribuido a esta formación ósea la termorregulación del animal y la exhibición sexual, pero además han argumentado que una herida en esta fracción del cuerpo podía causar el desequilibrio completo del dinosaurio, dada su irrigación sanguínea.
Desafortunadamente, no ha sido encontrado un esqueleto completo de este ejemplar, pero las partes halladas desde 1887 en Estados Unidos y Canadá han permitido la reconstrucción física y digital de sus atributos y gracias a estos se ha podido deducir su taxonomía y comportamiento.
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