Una de las aves migratorias más extendidas en el mundo es la golondrina. También conocida como golondrina común, es posible avistar a estas aves en Europa, Asia, América y África. Su nombre científico es Hirundo rustica por pertenecer a la familia Hirundinidae. Existen 6 subespecies de golondrinas comunes, todas ellas habitantes del Hemisferio Norte. Entre estas subespecies podeos destacar a 4 como fuertemente migratorias. Durante el invierno boreal se trasladan al Hemisferio Sur y es posible verlas en plena primavera, cubrir los cielos de Sudamérica, África y Oceanía.
Conociendo a la golondrina, sus características
Estas aves, que brindan un espectáculo hermoso en aquellos países que las reciben en primavera, se caracterizan por ser pequeñas. Apenas superan los 19 centímetros de longitud, incluyendo los casi 7 centímetros de las plumas externas de la cola. Con sus alas extendidas, su envergadura llega a los 35 centímetros. El peso de estas aves de menos de 25 gramos.
El plumaje de su parte superior es color azul oscuro y de brillo metálico. En la frente, la barbilla y la garganta, sus plumas son rojizas. Puede distinguirse una franja de plumas de color azul oscuro, que separan la garganta del pecho y el abdomen, recubiertos por un plumaje blanquecino. El principal diferenciador entre los machos y las hembras adultas de la golondrina, son las plumas de la cola, que en el caso de las hembras son más cortas.
La muda de plumas, en la golondrina, se produce durante su permanencia en lo que se denomina cuarteles de invierno, también se produce una muda pos-nupcial.
La longitud de las patas de la golondrina, les permite posarse de manera horizontal, eso facilita que puedan remontar vuelo desde el suelo.
¿Qué comen las golondrinas?
La golondrina es un animal insectívoro, y llega a consumir gran cantidad de insectos. Durante la primavera y en épocas de cosecha, se convierten en un aliado indispensable de los granjeros ya que la presencia de estas aves ayuda a controlar la presencia de insectos dañinos para las cosechas.
Las golondrinas y los humanos
Las golondrinas se han adaptado perfectamente, a lo largo del tiempo, a vivir cerca de las concentraciones urbanas, en zonas rurales con presencia de granjas. La construcción de sus nidos se realiza en lugares donde las construcciones humanas colaboran. Es común ver en los cableados aéreos de electricidad ver posadas a las golondrinas en largas hileras.
En las zonas rurales, en áreas de cultivo pueden verse grandes concentraciones gregarias de golondrinas, conviviendo en “nidos colectivos”. La golondrina posee una capacidad de recuerdo muy grande, su sentido de la orientación es excelente y cada año, regresa al mismo lugar, luego de la migración y casi siempre lo hace al mismo nido que habitó el año anterior.
El cortejo pre-nupcial
Cada año, el macho de la golondrina regresa al lugar de apareamiento antes que la hembra. Será el encargado de escoger el lugar y comenzar la preparación del nido. Cuando la hembra arriba comienza el cortejo por parte del macho, que consiste en vuelos circulares alrededor del nido y particular trino, a la vez que hace un gran despliegue de sus plumas, en particular las de su cola. La golondrina hembra siente una atracción especial hacia aquellos ejemplares que presentan una gran simetría en la disposición de sus plumas.
Una vez que macho y hembra se han escogido mutuamente, continúa la labor de completar la construcción del nido, que generalmente termina a cargo de la hembra. Los nidos se construyen en lugares accesibles pero protegidos como establos, graneros, puentes, embarcaderos, construcciones abandonadas, etc.
Reproducción de la golondrina
Luego de producido el apareamiento, la hembra pondrá entre 2 y 7 huevos. Los huevos son de color blanquecino con algunas pequeñas manchas rojizas. Durante 19 días, la hembra incubará los huevos, en raras excepciones el macho podrá colaborar en esta tarea.
Cuando se produce la eclosión, la tarea de alimentar a estos pequeños polluelos es tarea de ambos miembros de la pareja. Tanto la hembra como el macho se encargan de la protección de posibles ataques de los depredadores. Sin embargo, el macho lo hace de una manera muy violenta y es muy territorial.
Los polluelos permanecerán en el nido 22 días. Transcurrido ese tiempo se los puede ver lanzados al vuelo y posándose en los cableados urbanos, juntos a los adultos. Así posados, continuarán siendo alimentados por sus padres durante un período mayor de tiempo.
Estado de conservación de la golondrina
A diferencia de muchas otras especies de animales, la golondrina se beneficia de la expansión del hombre, de la tala de bosques ya que prefiere los lugares abiertos. En este sentido y debido a su enorme área de distribución, la golondrina es un ave que no se encuentra en peligro de extinción. Sí podemos decir que se encuentra en estudio, el posible impacto que puedan causar en estas aves, los cambios climáticos que se viene produciendo en todo el planeta.