Sabemos que la época de piratas y corsarios quedó hace mucho tiempo atrás, y es recordada sólo en películas. Sin embargo, hay una especie marina que rememora mucho de esa época. Se desplaza constantemente por las zonas cálidas del océano Indico y Pacífico, y cuando el viento se lo permite, suele frecuentar las costas ibéricas. Se trata de la Physalia physalis, popularmente conocida como carabela portuguesa, botella azul o falsa medusa.
Es hermosa pero peligrosa, y está formada por un grupo de organismos emparentados con la medusa. Es básicamente un sifonóforo (criaturas marinas coloniales que pertenecen a los cnidarios), compuesto por una colonia de animales que -a simple vista- pareciera ser uno solo. El nombre de carabela portuguesa se deriva a su similitud con un barco portugués del siglo XVIII.
Características de la Carabela portuguesa
Tal y como lo señalamos anteriormente, el rasgo más sobresaliente de la carabela portuguesa es que no se trata de un individuo en sí, sino de una colonia. Es un organismo invertebrado formado por cuatro partes y cada una de ellas tiene una función específica. Se consideran seres altamente modificados, pero cada uno depende del otro para sobrevivir. La estructura de su cuerpo es la siguiente:
- Neumatóforo: esta porción es la encargada de la navegación, pues le da la capacidad para flotar gracias a una combinación de gases que se encuentran en su interior. Tiene forma de vela y sostiene al resto de la colonia, es traslúcido y se caracteriza por destellos de color rosado, azul, malva o púrpura, su longitud es de 9 a 30 centímetros y es bilateralmente simétrico.
- Dactilozoides: son tentáculos que emergen desde un extremo del neumatóforo y están cubiertos por células mUy pequeñas llamadas nematocistos que poseen unos tubos por los que liberan el veneno. Por lo general suelen medir cerca de 10 metros, aunque puede llegar a alcanzar los 30 metros o más. En la mayoría de los casos giran sobre sí mismos a manera de zarcillos y son los encargados de emprender las acciones de defensa de todo el organismo, y también de la detección y la captura de su alimento.
- Gastrozoides: éstos son unos pólipos que digIeren los alimentos a través de la liberación de enzimas.
- Gonozoides: son los encargados de producir los gametos para la reproducción del organismo. Hay un grupo de células sensoriales ubicadas en la superficie de los tentáculos y que perciben las temperaturas, funcionando como el sentido del tacto.
Distribución y hábitat de la Carabela portuguesa
La carabela portuguesa se encuentra distribuida en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, pero con regularidad se concentra en regiones tropicales y subtropicales del Pacífico e Índico, además de la Corriente del Golfo del Atlántico del Norte. De acuerdo a su estudio, generalmente es ubicada en los mares cálidos, incluidos el mar Caribe y el mar de los Sargazos. Hay carabelas portuguesas zurdas que se mueven a la derecha del viento y diestras que se mueven a la izquierda del viento, navegan en posición horizontal sobre la superficie del mar.
Alimentación
La carabela portuguesa es carnívora. Entre el 70 y 90 por ciento de su dieta está compuesta de peces, aunque también consume plancton, camarones y otro tipo de crustáceos pequeños. La presa favorita de esta especie son pequeños peces adultos y crías de peces. La carabela portuguesa usa sus tentáculos para capturar a su presa, la cual queda inmóvil una vez haya tenido contacto con el veneno de los nematocistos. Posteriormente la lleva a sus gastrozoides, ubicados a lo largo de la zona inferior del neumatóforo, y de allí cada una-con una “boca” individual-suelta las enzimas para descomponer a proteínas, carbohidratos y demás sustancias el elemento, expulsando los restos que no se digieren.
Veneno de la carabela portuguesa
La carabela portuguesa en cada centímetro cuadrado de sus tentáculos cuenta con más de un millón de células que emplea para paralizar a los peces e introducirlos a su cavidad gastrovascular. El veneno de esta especie es segregado de manera espontánea y a pesar de que no se considera mortal, sí puede afectar considerablemente a niños y adultos alérgicos, produciéndoles un paro cardíaco y-como consecuencia-la muerte. Otro de los síntomas más comunes son los vómitos, náuseas, fiebre y un dolor intenso en la zona de la picadura. Estudios han revelado que la toxina de la carabela portuguesa está compuesta por estructuras proteicas que poseen propiedades hipnóticas. Cabe resaltar, que aún cuando permanezcamos inertes a orilla de la playa, el mínimo contacto con sus tentáculos puede ser peligroso.
picadura de la Carabela portuguesa
Ante una picadura de carabela portuguesa lo primero que debemos hacer es retirar los tentáculos que puedan quedar sobre la piel, operación que no debe efectuarse directamente con las manos. Seguidamente, se debe aplicar agua salada en la zona afectada, no se recomienda el uso de agua dulces ya que puede agudizar el dolor.
Para aliviar el dolor se puede lavar la zona con agua caliente o vinagre, aunque este último no debe ser utilizado si no se ha limpiado la zona. La herida no debe ser expuesta a la luz solar ni debe rascarse. Si los síntomas se agravan, lo más recomendable y sensato es acudir al médico para que recete cremas de corticoides, vendajes de la zona y la suplementación de antihistamínicos.
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