Sabio e intuitivo, así es el búho. Pertenece a la familia Strigidae, del orden de los estrigiformes o aves rapaces nocturnas, y es un excelente cazador. Existen unas 200 variedades repartidas en casi todo el planeta, menos en la Antártida, en la zonas más extensa de Groenlandia y en algunas islas remotas.
Entre las especies más populares destacan el búho nival o búho de las nieves como se le llama en Estados Unidos, y el búho pigmeo o mochuelo, conocido en Sudamérica como caburé, y en países centroamericanos como tecolote.
En Europa, Asia, Sudamérica, las Antillas, Hawái y las Islas Galápagos es muy común el búho orejado, “bautizado” así por el característico mechón de plumas con apariencia de orejas o cuernecitos que posee en la cabeza.
Características del Búho
En proporción a su cuerpo, los ojos del búho son muy grandes. Tienen una amplia pupila circular, y su iris es de color amarillo o naranja intenso. Están rodeados por un disco de plumas rígidas que parecen cejas. Se hallan en el área frontal, como en los humanos, pero carecen de movilidad. Aunque solo pueden mirar hacia adelante, dotan a este animal de una visión binocular bastante desarrollada. Quizá por ello, son considerados símbolo de inteligencia.
El cuello del búho es muy flexible, y se compone de 14 vértebras que le permiten voltear la cabeza hasta 270 grados y en cualquier dirección, incluso detrás de sus propios hombros. Esta extensión de giro es mayor que en cualquier otro espécimen.
La mayoría de los búhos cazan de noche. Tienen poca visión a corta distancia, pero a lo lejos y con poca luz, su enfoque es excepcional. Cuentan con el mejor sentido auditivo de todas las aves. Su oído derecho es generalmente más grande que el izquierdo, y se sitúa más alto en la cabeza. Gracias a ello afinan con certeza la localización de sus presas.
Poseen un pico ganchudo, afilado, pequeño pero muy eficaz para controlar su alimentación y defenderse de los depredadores. Sus garras son tan poderosas, que le permiten tomar a su presa mientras continúan en vuelo.
El “diseño” o disposición de sus plumas, anula el ruido al volar. Las que “arropan” sus alas, por ejemplo, tienen flecos en el borde que rompen las ondas de sonido que se producen cuando aletea. Además de funcionales son muy llamativas, pues muestran distintas combinaciones en tonos amarillo, rojizo, pardo y negro, entre otros.
El tamaño del búho varía según el ejemplar. El pigmeo puede medir cerca de 11 centímetros de altura y el real unos 28 centímetros. Las hembras son 25% más grandes que los machos.
Alimentación y enemigos
El búho se nutre de invertebrados y de pequeños vertebrados vivos como peces, insectos, ratones y lagartijas. Es la única ave que no tiene buche. Comprime y regurgita las partes que no puede digerir como huesos, pelo y plumas.
Sus depredadores naturales suelen ser las águilas, halcones, zorros, serpientes, mapaches, gatos domésticos, armiños, cuervos y los grandes búhos.
Hábitat del Búho
Habitualmente, los búhos se encuentran en zonas boscosas. Ciertas especies viven en selvas tropicales, logrando adaptarse muy bien a la humedad y la lluvia. Otras habitan en tundras y espacios áridos
Además de los árboles, escogen como morada los troncos, arbustos, matorrales, madrigueras bajo tierra y casas abandonadas.
Comportamiento social del búho
Es generalmente solitario, excepto en la época de apareamiento. Algunos andan en pareja o en pequeños grupos. No cazan juntos. Buena parte de ellos se mantiene en el mismo lugar por uno o más años, pero otros son migratorios.
Los búhos son territoriales, especialmente en la época de incubación. Pueden anidar en los agujeros de los troncos, en árboles o en el suelo
Son tranquilos a menos que se les provoque, momento en el que despliegan sus alas y cola para aparentar mayor tamaño, silban y chasquean el pico.
Se comunican a través de un sonido o vocalización conocido como ululato.
Cultura
Existe una afición por recopilar búhos y lechuzas de tipo artesanal, conocida como ululofilia. Esta inclinación se ha ido expandiendo a la colección de objetos de cerámica, madera, metal o cristal con la temática de estos animales, que desde tiempos remotos han sido asociados con conocimiento, protección, suerte y hechicería.
En culturas antiguas, como la celta, el búho representaba la sabiduría, por lo observador que es. Los integrantes de esas civilizaciones confiaban en que el búho les traía lucidez a sus mentes, intuición y la facultad de adivinar. Sin embargo, otras comunidades lo asociaban con la muerte, por ser un ave de rapiña.
Existen muchos libros, películas e historietas en las que se representa al búho como una sabia criatura, como por ejemplo «Merlín el Encantador”, donde el búho Arquímedes es el acompañante del mago Merlín.
En la saga literaria y cinematográfica “Harry Potter”, los búhos y lechuzas son criaturas mágicas que llevan el correo a los magos y brujas.
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