El gato montés es un animal salvaje que se asemeja bastante al gato doméstico por ello, cuenta con este nombre que se ha hecho tan popular dentro de los libros especializados y de las investigaciones sobre este simpático mamífero. En este artículo queremos hablar de todos y cada uno de los detalles sobre el felino para que, en el caso de que quieras saber más sobre él, tengas un espacio al que recurrir en todo momento.
¿Cuáles son las características principales del gato montés?
Si hay una característica por excelencia del gato montés es la comparación que se le da a este animal con el gato que muchos tenemos en casa. Su parecido físico y las costumbres tan similares es lo que ha conseguido que todos nosotros estemos pendiente de este salvaje pero guardando de alguna forma, un pequeño cariño tal como el que tenemos para el anterior que es como su hermano gemelo.
El aspecto del gato salvaje es mucho más corpulento y fornido y la cabeza es bastante más ancha así como el hocico que tiene, un poco más corto que el del gato doméstico. Las orejas son igualmente pequeñas y los ojos los tiene de color un tanto verdoso por lo general aunque dependiendo de la subespecie que tratemos, nos encontraremos con una cosa u otra distinta.
El pelo de este animal es de color gris y el tacto es bastante pardo con rayas oscuras o claras también dependiendo de la subespecie que nos encontremos en un momento y el lugar (país o continente) en el que habite como tal. Como curiosidad, es bueno anotar que el gato montés tiene un dimorfismo sexual bastante bien diferenciado y que ha sido objetivo de estudio durante largos años de su existencia.
El hábitat del gato montés
Una vez que hemos conocido las características más interesantes y por las que todo el mundo habla del gato montés, tendremos que saber qué hace éste y por dónde se distribuye tal y como nosotros le conocemos.
Los bosques que están muy bien conservados y dónde no existe apenas la actividad humana son los preferidos de este gato salvaje que por lo general, es un animal solitario al que ni siquiera le gusta tener contacto con otros mamíferos o incluso, ejemplares de su misma especie. La caza es su mayor sustento y, lejos de ser agresivo, sí que resulta temido por algunas especies de las que tenemos localizadas en sus lugares más comunes.
En cuanto a la distribución que sabemos del gato montés es bueno reconocer que se encuentra por buena parte de Europa y en especial de la Península Ibérica. España es un país que cuenta con grandes densidades de esta especie allí dónde hay bosques frondosos y de gran tamaño con vegetaciones amplias en las que puede buscar refugio.
Continentes dónde se asegura que se ha visto una buena cantidad de ejemplares de este gato salvaje es en Eurasia y África pero si queremos limitarnos a lo que encontramos principalmente en nuestro país, diremos que estamos ante un animal que está en las zonas bajas del sur de España en su mayor densidad conocida.
¿Qué es lo que come el gato montés?
La alimentación del gato montés se comprende de pequeños animales y roedores que encuentra a su paso en los bosques en los que habita. Este mamífero es un cazador nato que agarra todo aquello que se encuentra a su paso de un solo zarpazo. Las garras y el instinto son algunos de los puntos más importantes de este gato a la hora de hacerse con su presa.
La noche es el momento perfecto para él en cuanto a irse de caza porque además de que ve mejor gracias a la visión nocturna especial con la que cuenta (de la misma manera que nuestros gatos domésticos) también el ambiente está mucho más desierto y esto le da la completa posibilidad al animal de actuar mejor que nunca.
A la hora de comer, debemos decir que este salvaje no come demasiado pero sí que se raciona la comida para estar bien alimentado y no pasar hambre. En el caso de que su hábitat se esté deteriorando, trata de buscar nuevos destinos aunque le cuesta bastante adaptarse al medio como tal.
Las comparaciones del gato montés con el gato doméstico
Ya hemos advertido al inicio del texto la cantidad de similitudes que guarda el gato montés con el gato doméstico y es que las comparaciones siempre se han hecho por alguna razón. Es interesante analizar que ambos son muy diferentes según en el punto en que se encuentren pero aun así, como detalle conocer que ha habido cruces entre ambos felinos, puede ser interesante.
Según algunos estudios anteriores, en un tiempo atrás se estuvieron cruzando las razas de gato montés con las de gato doméstico con la idea de que pudiera salir “una nueva especie” o que el nacido, tuviese características de ambos. No ha habido mucha transcendencia con esto pero sí que es cuanto menos curioso conocer el dato.