Uno de los integrantes más curiosos del reino animal es el oso de agua, llamado también Tardígrado que significa animal de paso lento. A pesar de su ampuloso nombre, los osos de agua son especies microscópicas que alcanzan a medir un máximo de 1,5 mm. Habitan en el agua, tanto dulce como salada, en los espacios húmedos, recubiertos por musgos y helechos y se los considera la especie animal más resistente que haya habitado la tierra. El oso de agua nos sorprende con sus innumerables capacidades de adaptación y su resistencia al vacío, donde son capaces de sobrevivir.
Principales características del oso de agua
Los tardígrados son animales invertebrados, pertenecen al grupo de los parartrópodos ya que presentan similitudes que hacen suponer que comparten un origen común con los artrópodos. Existen, aproximadamente, 1000 especies de tardígrados. Todo ellos poseen 4 pares de patas y su cuerpo cuenta con una simetría bilateral sorprendente. Su cutícula – piel – que lo recubre cuenta con colores llamativamente vivos, que van desde el rosado hasta el azul eléctrico.
En el oso de agua, su parte ventral es aplanada y la parte dorsal es convexa. Su cuerpo está constituido por 5 segmentos. El primero de ellos es un segmento cefálico, donde está contenida la boca y en algunas especies, puntos oculares y cirros sensoriales. Los restantes segmentos corresponden a sus patas, un par en cada uno de ellos. Las patas, por estar ubicadas a los costados se las conoce como ventrolaterales y terminan en especies de garras que le permiten, al oso de agua asirse en la superficie por la cual se está desplazando.
De los 4 pares de patas, los tres primeros, el oso de agua los utiliza para el desplazamiento y el último le sirve como anclaje en sustrato donde se encuentra. Esto debido a que son tan livianos que una leve brisa puede, fácilmente arrastrarlos.
Los tardígrados son ovíparos y poseen un desarrollo directo, esto significa que no pasan por ninguna etapa larvaria. Carecen completamente de aparato circulatorio, respiratorio y excretor.
La alimentación del oso de agua
Los tardígrados se alimentan fundamentalmente de algas, bacterias y otros invertebrados microscópicos. Lo hacen sorbiendo las células o engullendo la pieza entera.
El sistema digestivo del oso de agua tiene su parte esencial en la boca, que está constituida por tres anillos de cutícula que se dirigen hacia la cavidad interior. Luego posee una faringe tubular y un aparato de succión, recubierto por potentes músculos que permiten que el oso de agua pueda succionar su alimento. Los músculos de su aparato digestivo se complementan con estructuras esclerosadas que le dan rigidez al tubo interior, en combinación con los músculos.
Cuenta en su boca con dos estiletes punzantes que están asociados a su sistema de succión. Ellos tienen como función perforar las paredes del alimento y succionar las células. Otro grupo de estiletes permanecen en reposo y durante el proceso de alimentación van segregando saliva.
La resistencia de los osos de agua
Estos diminutos animalitos son considerados las especies más resistentes a los cambios medioambientales extremos. Por medio de la criptobiosis, el oso de agua, en condiciones inapropiadas puede entrar en un período de animación suspendida. Su masa de agua pasa del 85% al 3% por medio de un proceso de deshidratación.
Durante el proceso de criptobiosis, las funciones reproductoras y de crecimiento cesan y pueden llegar a mantenerse en este estado de vida suspendido por más de 100 años. Podríamos decir que el funcionamiento del oso de agua, estimula la imaginación de muchos científicos que consideran esta característica como fundamental para los futuros viajes espaciales.
Logra sobrevivir en amplitudes térmicas muy extremas, desde los -272°C hasta los 149°C y ha demostrado una gran resistencia a la radiación ionizante y las condiciones de extrema polución.
Los primeros estudios sobre los “superpoderes” del oso de agua, fueron realizados por el médico colombiano Guillermo Nosso quien, a mediados del siglo XX, rehidrató a un grupo de tardígrados secos que encontró en un helecho que llevaba 120 años en el museo. Luego de rehidratarlos, los osos de agua recuperaron todas sus funciones.
Osos de agua astronautas
En el año 2007, un grupo de osos de agua, fue lanzado al espacio exterior en una nave rusa. Al regreso se pudo comprobar que los animales habían resistido perfectamente las condiciones impuestas por especio exterior, manteniendo su capacidad reproductiva.
Por todas estas características, que hacen del oso de agua un animal único, los científicos han comenzado a poner mucha atención a estas especies, de modo tal que permitan develar grandes misterios de la evolución.
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